KOSOVO NO SE VENDE

Hoy ha sido publicado el informe 2010 de Amnistía Internacional sobre violaciones de los derechos humanos para 2009.

En su apartado referente a Europa, AI hace una especial mención a la situación en Kosovo.

El Informe hace referencia al juicio contra los miembros del Grupo de Gjilan/Gnjilane, de etnia albanesa, acusados de encarcelar, torturar y someter a abusos (incluida la violación) a 153 civiles y de asesinar a 80 de ellos como mínimo en 1999; 34 personas continuaban en paradero desconocido. A ocho de los acusados se los juzgó en rebeldía.

Además hace una sucinta referencia a los crímenes de la “casa amarilla” sobre el tráfico de órganos en Kosovo a manos de la mafia narcoterrorista del UÇK. Amnistía Internacional señala que continuaron las investigaciones sobre secuestros y torturas de personas serbias a manos del Ejército de Liberación de Kosovo después de la guerra, en la llamada “Casa Amarilla” próxima a Burrel, en Albania.

El informe señala como fue necesaria la creación de un Tribunal Constitucional para que revisara la legislación y atendiera denuncias de violaciones de derechos humanos a manos de las autoridades de Kosovo, aunque el sistema judicial de las autoridades provisionales en Kosovo deja mucho que desear, como ya señaláramos en Kosovo No Se Vende aquí, aquí y aquí.

Ello se pone de manifiesto como en octubre de 2009, en un nuevo juicio ordenado por el Tribunal Supremo en Kosovo contra el llamado “Grupo de Llapi”, Latif Gashi, Nazif Mehmeti y Rrustem Mustafa-Remi, fueron declarados culpables de tortura y trato inhumano a civiles serbios detenidos en Llapashtica/Lapaštica en 1998 y 1999 y a pesar de que fueron condenados por los dos jueces que pertenecia a la EULEX, el tercero, de étnia albanesa hizo público su desacuerdo con el fallo mediante voto particular.

Tortura y malos tratos de las autoridades provisionales de Kosovo.

En enero, el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura informó sobre su visita a lugares de detención de Kosovo bajo control de la UNMIK en marzo de 2007. El  Comité informó de malos tratos y negación de derechos a personas detenidas por parte de agentes del Servicio de Policía de Kosovo, y criticó las condiciones imperantes en la mayoría de las instituciones psiquiátricas y de asistencia social.

Violencia contra los serbios.

Amnistía Internacional señala como en septiembre, el secretario general de la ONU informó sobre un número creciente de casos relacionados con la seguridad que afectaban a comunidades minoritarias (serbios y gitanos especialmente).

En marzo, el Tribunal Supremo revocó la condena impuesta en junio de 2008 al albanokosovar Florim Ejupi por el atentado con explosivos perpetrado en febrero de 2001 en un autobús de la línea Niš-Ekspress, cerca de Podujevo/ë, en el que murieron 11 serbios y al menos 40 resultaron heridos. En mayo se abrió otra investigación.

Regreso de desplazados.

Se hace referencia a que en Kosovo Ni el gobierno ni las autoridades municipales implementaron y dotaron de recursos suficientes la estrategia de retorno y reintegración acordada por las autoridades de Kosovo y la UNMIK en 2007.

En noviembre, la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) afirmó, al  considerar las necesidades de protección internacional, que las comunidades serbias, romaníes y albanesas en situación de minoría seguían sufriendo persecución y graves daños mediante actos discriminatorios acumulativos. Según el ACNUR, durante 2009 fueron devueltas desde otros países europeos a Kosovo 2.962 personas, entre ellas 2.492 personas de etnia albanesa y 470 miembros de comunidades minoritarias. Había 193 personas –47 serbios y 127 romaníes (devueltos a lugares en los que eran minoría)– de comunidades que, en opinión del ACNUR, seguían necesitando protección internacional.

Con todo ello vemos como la esperanzas puestas en la EULEX no han dado los frutos esperados. El sistema judicial penal sigue sin funcionar; los actos más cruentos de limpieza étnica contra la población serbia se siguen produciendo con luz y taquígrafos, concretadas, no solo en agresiones, ataques y muertes contra los serbios, sino en su exclusión social, la imposibilidad de acceso a un puesto de trabajo, el robo de sus viviendas, los cortes de suministro eléctrico o la imposibilidad de retorno, y todo ello bajo la égida de las barras y estrella y con la aquiescencia de la UE y la ONU.

Kosovo No Se Vende